viernes, 19 de marzo de 2021

Oración de León XIII a San José

 





   Fotografía anónima de una bellísima imagen de san José con el Niño Jesús, sobre peana de nubes con angelitos, sobre tarjeta postal, de principios del XX. Probablemente valenciana, pero de la que no disponemos de  más datos (*actualizado, ver al final)



ITE AD JOSEPH...



   Se celebra el Año Jubilar de San José (Decreto Patris Corde), conmemorando el 150 aniversario de su declaración en 1870 como Patrono de la Iglesia Universal.


   Oración del Papa León XIII a San José, de la que hay una parte en la "Carta Encíclica Quamquam Pluries, sobre la devoción a San José" (1889):



AD TE BEATE JOSEPH


   Ad te Beate Joseph, in tribulatione nostra confugimus, atque, implorato Sponsae tuae Sanctissimae auxilio, patrocinium quoque tuum fidenter exposcimus. Per eam, quaesumus, quae te cum Immaculata Virgine Dei Genitrice conjunxit, caritatem, perque paternum, quo Puerum Jesum amplexus es, amorem, supplices deprecamur, ut ad hereditate, quam Jesus Christus acquisivit Sanguine suo, benignus respicias, ac necessitatibus nostris tua virtute et ope succurras.


   Tuere, o Custos providentissime Divinae Familiae, Jesu Christi sobolem electam; prohibe a nobis, amantissime Pater, omnem errorum ac corruptelarum luem; propitius nobis, sospitator noster fortissime, in hoc cum potestate tenebrarum certamine a coelo adesto; et sicut olim Puerum Jesum e summo eripuisti vitre discrimine, ita nunc Ecclesiam Sanctam Dei ab hostilibus insidiis atque ab omni adversitate defende: nosque singulos perpetuo tege patrocinio, ut ad tui exemplar et ope tua suffulti, sancte vivere, pie emori, sempiternamque in coelis beatitudinem assequi possimus. Amen.


"A TI, OH BIENAVENTURADO JOSÉ"


  A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado San José, y después de implorar el auxilio de vuestra santísima esposa, solicitamos también confiadamente vuestro Patrocinio.

   Por el afecto que os unió la Inmaculada Virgen maría, madre de Dios, por el amor paternal que profesasteis al Niño jesús, humildemente os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades.


   Proteged, oh prudentísimo Custodio de la Sagrada Familia, el linaje escogido de Jesucristo; preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción, sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, poderosísimo Protector nuestro, en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas. Y del mismo modo que, en otra ocasión, librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y contra toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio; a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos por vuestro auxilio, podamos vivir santamente, morir piadosamente, y obtener la felicidad eterna del Cielo. Amen.





   Muchísimas gracias (disculpas por la tardanza) a Juan, que nos aclaró la autoría de la imagen, lugar, datación, vamos que ¡todos los datos! Está completo en los comentarios:

"... Esta preciosa talla de san José con el Niño Jesús en brazos y dejándose besar por él no es obra de otro que del mismísimo Venancio Marco Roig, desde luego, uno de los imagineros más sobresalientes del Levante español, poseedor de un estilo tan pulcro como encantador. Fue hecha para presidir el altar mayor de la Iglesia del Convento de Capuchinos de Valencia, ubicado en la calle de Cirilo Amorós, esquina con la calle del Conde de Salvatierra, detrás del Mercado Central. Eso sí, desconozco con exactitud su antigüedad. En cualquier caso, debe de ser de 1913..."


3 comentarios:

Juan dijo...

Muy buenas. Vaya por delante que soy un fiel seguidor de este blog y su “hermano” Comunidad Valenciana: Arte y Memoria, en particular, por lo que respecta a la imaginería. Por una vez, estoy en disposición de despejar las confesadas incógnitas sobre la última pieza publicada. Permítanme la presunción: si no tuviera noticia cierta de la imagen en cuestión, para determinar su autoría, me bastaría con fijarme en las facciones de sus figuras, del todo inconfundibles. Esta preciosa talla de san José con el Niño Jesús en brazos y dejándose besar por él no es obra de otro que del mismísimo Venancio Marco Roig, desde luego, uno de los imagineros más sobresalientes del Levante español, poseedor de un estilo tan pulcro como encantador. Fue hecha para presidir el altar mayor de la Iglesia del Convento de Capuchinos de Valencia, ubicado en la calle de Cirilo Amorós, esquina con la calle del Conde de Salvatierra, detrás del Mercado Central. Eso sí, desconozco con exactitud su antigüedad. En cualquier caso, debe de ser de 1913, año de la construcción de la Iglesia, o inmediatamente posterior. En la Biblioteca Valenciana, dentro de la colección de José Huguet, se conserva una copia de una estampa en forma de postal, cartela con el nombre del autor y rótulo identificativo incluidos, que reproduce la misma imagen, con la sorprendente diferencia de que la filacteria que sostiene el querubín de la derecha está rota e incompleta. La fotografía la firma José María Navarro Fiol, pero, como es distinta a la que vemos aquí, no puede asegurarse que también ésta saliera de su cámara. Aunque no he tenido ocasión de comprobarlo "in situ", a juzgar por fotografías recientes, parece que fue salvada de la destrucción en la Guerra Civil, no así el espléndido conjunto de Nuestra Señora de las Tres Avemarías, con la que compartía autor y espacio, profusamente reproducido a escala nacional para representar tal advocación, propia de los capuchinos.

Juan dijo...

Muy buenas. Vaya por delante que soy un fiel seguidor de este blog y su “hermano” Comunidad Valenciana: Arte y Memoria, en particular, por lo que respecta a la imaginería. Por una vez, estoy en disposición de despejar las confesadas incógnitas sobre la última pieza publicada. Permítanme la presunción: si no tuviera noticia cierta de la imagen en cuestión, para determinar su autoría, me bastaría con fijarme en las facciones de sus figuras, del todo inconfundibles. Esta preciosa talla de san José con el Niño Jesús en brazos y dejándose besar por él no es obra de otro que del mismísimo Venancio Marco Roig, desde luego, uno de los imagineros más sobresalientes del Levante español, poseedor de un estilo tan pulcro como encantador. Fue hecha para presidir el altar mayor de la Iglesia del Convento de Capuchinos de Valencia, ubicado en la calle de Cirilo Amorós, esquina con la calle del Conde de Salvatierra, detrás del Mercado Central. Eso sí, desconozco con exactitud su antigüedad. En cualquier caso, debe de ser de 1913, año de la construcción de la Iglesia, o inmediatamente posterior. En la Biblioteca Valenciana, dentro de la colección de José Huguet, se conserva una copia de una estampa en forma de postal, cartela con el nombre del autor y rótulo identificativo incluidos, que reproduce la misma imagen, con la sorprendente diferencia de que la filacteria que sostiene el querubín de la derecha está rota e incompleta. La fotografía la firma José María Navarro Fiol, pero, como es distinta a la que vemos aquí, no puede asegurarse que también ésta saliera de su cámara. Aunque no he tenido ocasión de comprobarlo in situ, a juzgar por fotografías recientes, parece que fue salvada de la destrucción en la Guerra Civil, no así el espléndido conjunto de Nuestra Señora de las Tres Avemarías, con la que compartía autor y espacio, profusamente reproducido a escala nacional para representar tal advocación, propia de los capuchinos. Saludos.

MNBuenoOrtega dijo...

Ante todo, disculpe la tardanza en publicar sus comentarios y responder....
Muchísimas gracias por la información, tan completa y documentada. Yo no me atreví a poner datos, ya que no tenía ninguno seguro, busqué en la prensa antigua, pero no encontré nada, así que lo tuve que dejar tal cual. Creo que no miré en Biblioteca Valenciana (y tengo gran relación con ella, pero en fin...).
La imagen es, desde luego, bellísima. Me alegro de que la escultura se salvara. Ya sabe, al ser fotografías anteriores a la guerra siempre nos queda la duda de si se conservaron, y a veces es complicado comprobarlo...
Muchísimas gracias por su comentario y un cordial saludo.